Acuerdo por la Democracia, Rogelio Franco y la mediocridad política
José Luis Ortega Vidal
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A Fernando Córdoba Lobo se le mencionó en una época como potencial futuro gobernador de Veracruz.
Hombre de confianza de Fernando Gutiérrez Barrios, fue dirigente estatal del PRI pero no pasó a más…
Desde la campaña de Gutiérrez Barrios –se cuenta- brilló Dante Delgado Rannauro, a quien Gutiérrez Barrios nombró Secretario de Gobierno y luego su relevo cuando Carlos Salinas de Gortari lo llamó a la Secretaría de Gobernación.
Patricio Chirinos Calero relevó a Dante Delgado en la gubernatura veracruzana y nombró como Secretario de Gobierno al inefable Miguel Ángel Yunes Linares.
Yunes Linares es un político de gran inteligencia solo comparable con su carácter casi demoniaco.
De no ser rival de sí mismo dada su incapacidad de controlar la soberbia combinada con el abuso político y verbal, Miguel Ángel Yunes Linares pudo volar más alto.
El caso es que fue un Secretario de Gobierno de alto calibre.
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“Como veracruzano yo no he votado por él”: Jesús Reyes Heroles.
Aquella frase histórica bajó del carril hacia la sucesión de Rafael Murillo Vidal al Subsecretario de Gobierno: el histórico licenciado Manuel Carbonell de la Hoz.
Sí, la Secretaría y la Subsecretaría de Gobierno han sido oficinas de peso histórico en Veracruz.
Por allí pasaron personajes de enorme talento político y de trascendencia nacional.
Hombres con miles de defectos, desde luego -corruptos en la mayoría de los casos- pero muy eficientes en su labor: ser leales a su jefe el gobernador y solucionar problemas para evitar desequilibrios políticos en una entidad tan difícil como la nuestra.
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Lo anterior viene a colación porque Rogelio Franco Castán fue una suerte de títere a lado del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
El primer jefe del ejecutivo panista nombró Secretario de Gobierno al tuxpeño porque había un acuerdo con el PRD.
También, quizá, por la personalidad de Yunes Linares ya descrita líneas atrás: incapaz de compartir escenario con alguien que opaque su ego.
Lo innegable, pues, es la mediocridad política de Rogelio Franco Castán.
En términos de Poder -como se dice en el rancho- el perredista huasteco “no saca un perro de una milpa”.
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Además de su grisáceo andar político, es pública desde tiempo atrás la deuda de Rogelio Franco Castán con la Ley, a partir de su incapaz manejo de una crisis matrimonial.
Se trata de un tema personal, privado, íntimo, mientras no haya violaciones a la Ley y el ex líder estatal del PRD golpeó a su esposa por lo cual ésta lo denunció.
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Cuando el gobierno de Veracruz, encabezado por Cuitláhuac García Jiménez dio a conocer este lunes el “Acuerdo por la Democracia”, se ha pegado un tiro en el pie.
Se lee en el punto 2 del Acuerdo:
- Prestar colaboración en tiempo y forma a los organismos encargados del proceso electoral 2021;
- Procurar las condiciones de seguridad necesarias a todas y todos los candidatos participantes en el proceso electoral;
- No ejercer ningún acto de forma directa o indirecta que pueda constituir violencia política, ni por razones de género, creencias, edad o raza;
- Corresponderá a los partidos y asociaciones políticas vigilar la selección de candidatos, los cuales deberán contar con probidad de honorabilidad y honradez, con el objeto de impedir que grupos fuera de la ley intervengan en el proceso electoral;
- No hacer uso de programas sociales ni recursos públicos, del ámbito federal, estatal y/o municipal, para favorecer o perjudicar en forma alguna a ninguno de los aspirantes, precandidatos o candidatos durante el proceso electoral; ni para inducir o coaccionar a los ciudadanos para votar a favor o en contra de cualquier partido político o candidato;
- El Gobierno del Estado dará cumplimiento a la operación sin distingo ni fines de lucro de los programas de seguridad, protección civil y educación;
- No influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos ni candidatos independientes;
- Garantizar que todas y todos los firmantes tendrán acceso a los órganos encargados de vigilar los comicios para sancionar los delitos que se cometan en materia electoral; y,
- No difundir por ningún medio de comunicación local, propaganda gubernamental desde el inicio de las campañas hasta concluir la jornada electoral, con excepción de la relativa a los servicios de salud, educación y protección civil, las cuales están previstas por la ley
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Dados el tiempo y la forma en que se detuvo a Rogelio Franco Castán, la Fiscalía ¿Independiente? de Veracruz violó la acción III del Punto 2 del pronunciamiento signado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Hay más contradicciones: la acción II no coincide con el contexto de violencia preelectoral en el Veracruz actual.
También hay señalamientos, testimonios, quejas sobre la violación de la acción V del acuerdo.
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Si en lo sucesivo el gobierno estatal logra resarcir estas fallas bienvenido el “Acuerdo por la Democracia”.
De no ser así, estamos viviendo y viviremos un escenario antidemocrático y políticamente más mediocre que Rogelio, el malogrado aspirante a diputado plurinominal…
Y eso ya es mucho decir…